viernes, 1 de enero de 2010

LA M.S.P.

LA M.S.P.

La Minero Siderúrgica de Ponferrada, S.A. es la Compañía minera que se dedica a explotar desde 1918 el rico yacimiento carbonífero existente en el Valle de Laciana. El aislamiento geográfico y precaria accesibilidad a esta zona permitió que no pudiera ser puesto en valor hasta el justo momento en que se inauguró la línea de vía estrecha ferroviaria que uniría las poblaciones de Ponferrada y Villablino.
La ventaja de esta zona carbonera estriba en que, mientras otros yacimientos del norte de España exigen efectuar perforaciones de cientos de metros, MSP cuenta en su haber con un conjunto de explotaciones a cielo abierto y con otras subterráneas de montaña, con reservas localizadas, estimadas en una cantidad global de más de 36 millones de toneladas de gran calidad medioambiental.
A pesar de las constantes reducciones de plantilla que se produjeron desde 1998, MSP da empleo actualmente a un número variable de entre 800 y 900 productores y técnicos.




Las explotaciones subterráneas en las que realiza labor extractiva la MSP, actualmente, se denominan “El Feixolín”, “Calderón”, “Lumajo”, “Tormaleo” y “Xaral”. Y, en cuanto a cielos abiertos, los más notables son los de Villablino y de Tormaleo. Asimismo, dispone de un Lavadero y de una infraestructura de Ferrocarril.
Las instalaciones de la MSP tienen, no obstante, un factor contrario, al encontrarse en las inmediaciones de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) del Alto Sil y de San Emiliano, incluso invadiéndolas. En estos hábitats se detectan especies ornitológicas tan apreciadas y escasas como el urogallo, el milano real, el búho real, el aguilucho pálido, el aguilucho cenizo, el águila real, el alimoche, la perdiz pardilla, el halcón abejero, el águila culebrera, el halcón peregrino o el pito negro.




HISTORIA DE LA MINERÍA DEL CARBÓN EN LEÓN:



Este tipo de actividad extractiva surgió ya a mediados del S. XIX con el surgimiento de las fábricas siderúrgicas y de sus altos hornos, que se abastecían con carbón de coque. El primer complejo siderúrgico español fue el de San Blas, ubicado en Sabero, que se levantó en 1840. En 1859 estaban registradas 216 concesiones mineras en las diferentes cuencas leonesas y cuatro empresas establecidas y en funcionamiento.
En aquella España de fines del S. XIX y comienzos del S. XX la industrialización era, más bien escasa, en España. El carbón autóctono tenía unos competidores imbatibles, que eran ciertos carbones extranjeros y sobretodo el inglés que, además, generaba menos cenizas, siendo más adecuado para la coquización y más económico, al extraerse por grandes Compañías con un nivel de mecanización más intensivo y avanzado.
Al contrario que otras cuencas leonesas, la de Laciana, se disponía como poco fragmentada y bastante compacta, favoreciendo así una explotación y proyectos racionales a gran escala. Sin embargo, para posibilitar esta opción era inexcusable la construcción de una línea de ferrocarril adaptado desde Villablino hasta Ponferrada, donde sí se contaba ya con una infraestructura idónea para dar salida al transporte del mineral.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) había puesto de manifiesto una caída total de las importaciones de carbón inglés, por la lógica de que este país estaba inmerso plenamente en el conflicto. Ello creó las condiciones para una gran expansión en todos los órdenes en el mercado interior y un apogeo o auge en todas las cuencas carboneras hispanas para contribuir a cubrir el hueco de la mínima oferta internacional. Así, se fueron satisfaciendo las demandas en crecimiento de los principales consumidores, tales como los ferrocarriles y las empresas navieras.
En este contexto y tesitura, se constituyó la Sociedad Minero Siderúrgica de Ponferrada, S. A. el 30 de octubre de 1918, al amparo e impulso de la Ley de Protección Industrial promulgada en julio de 1918, en la cual se contenían una buena serie de importantes y transcendentes ventajas para aquellos empresarios emprendedores que invirtieran en la creación de Sociedades mercantiles del sector industrial en España.
El ferrocarril conocido como “Ponfeblino” era vital para transportar todo el carbón que producía y suministraba la MSP, desempeñando un papel básico y siendo uno de los que empleaba un mayor número de locomotoras “a vapor”, de variados tipos y adquiridas en distintas épocas. Así, a finales de los exitosos 60, se inició un proceso de sustitución y cambio progresivo y planificado de las máquinas a vapor por las diésel, con objeto de más que duplicar con mayor efectividad la capacidad de transporte de carbón.
El trayecto o recorrido ferroviario fue complementado con la anexión de ramales o bifurcaciones. Éste fue el caso especial del realizado antes de poner en marcha la Central térmica de Compostilla I en 1949. Otros itinerarios accesorios eran los de Caboalles y Villaseca que, junto a otros sub-ramales, llegaban a recoger el carbón de los distintos grupos y pozos de la MSP confluyendo para centralizar y controlar su evacuación desde Villablino.
Las dos décadas inmediatas de la postguerra civil (años 40 y 50) fueron los períodos dorados de continua expansión del conglomerado minero. En los años 40 se desencadenó la II Guerra Mundial, trayendo aparejada una debacle de las importaciones, con la repercusión subsiguiente en el aumento de la demanda de carbón nacional y con el estímulo añadido de una necesaria industrialización tardía perseguida como indispensable en España. Efectivamente, el Gobierno franquista se volcó materialmente con las minas, estableciendo medidas excepcionales en su beneficio. Como resultado, en 1944, la MSP era la empresa más tecnificada y mecanizada de la provincia.
La década de los 50 representa, en detalle, el espacio temporal de máximo auge y relevancia para la minería española, originado por cambios sustanciales que se acompañan con un incremento notorio en los precios del carbón. Se produce también un inicio de apertura interesada del régimen dictatorial para lograr el desbloqueo internacional que posibilitaría una mayor capacidad en la compra o importación de bienes de equipo (tecnología), a la vez que un salto cualitativo en su producción y en la adquisición de maquinaria y útiles-herramientas. Pero, a punto de rematar el decenio, se atisba ya una crisis duradera de la industria del carbón y siderúrgica, cuyo punto de partida es el año 1959 como consecuencia directa de una compleja coincidencia de gustos y cambios sociales, con el reemplazamiento del carbón por otros combustibles fósiles procedentes del petróleo, el consumo doméstico del butano y el propano y el Plan de electrificación de la Red convencional ferroviaria española. Únicamente la antracita fue capaz de sobrevivir con solvencia a esta crisis, merced a que pudo equilibrar el descenso pronunciado de ventas al sector doméstico con un aumento significativo en el consumo de las centrales térmicas y las fábricas de cemento.

Con el Plan Energético Nacional (PEN), elaborado en 1979, el carbón adquiere un relativo empuje con la apertura hacia el mercado productor y generador de elctricidad, mediante una previsión de construcción de centrales termoeléctrica en el quinquenio 1979-1984.
Esta muestra de buena voluntad se truncó y la última década del pasado S. XX fue nefasta, con la convulsión e insostenibilidad absoluta de la MSP, declarándose judicialmente su estado de quiebra el 2 de julio de 1993.
En octubre de 1994, el empresario leonés- en medio de la polémica- Victorino Alonso asumió el control de la MSP, tras inyectar una inversión de
2.500 millones de pesetas en su capital social.
Al cabo de ocho años de fuertes desembolsos y aportaciones dinerarias, la MSP garantizaba la totalidad de sus débitos y obtenía beneficios con su actividad.
Es más, como puntal para consolidar la MSP, se formalizó en marzo de 1995 la adquisición de la sociedad asturiana cercana Minas de Tormaleo, S.A., con la estrategia orientada a una fusión por absorción.


GEOLOGÍA:

Los procesos geológicos tienen una extensión enorme, en comparación con la vida del ser humano. El mineral fósil en Laciana fue formándose durante unos 600 millones de años, nada comparable con los 4,5 miles de millones de tiempo geológico de existencia de nuestro planeta. Estas cantidades y magnitudes sólo pueden ser aprehendidas por nuestra imaginación.
Las concesiones mineras que, en el presente, explota la MSP se sitúan en las Cuencas de Villablino y de Tormaleo, aledañas geográficamente y en zona montañosa cantábrica, la mencionada como primera en la provincia leonesa y la segunda en la Comunidad asturiana. Lo que liga a ambas Cuencas es su génesis o formación en el Periodo Estefaniense, fase en la que se acumularon y modificaron sus sedimentos carboníferos.
En líneas generales, no sólo por su proximidad sino también por su composición, las Cuencas de Villablino y de Tormaleo aúnan grandes semejanzas reveladas en su estudio y configuración geológica. Integran un conjunto extenso de afloramientos, al lado de las otras Cuencas del Tineo, del Bierzo, de Rengos y de Cangas del Narcea. La Cuenca en cuestión, la de Laciana-Tormaleo, se disemina a lo largo de 33 kms. de longitud, mientras su anchura es reseñable: entre 3 y 4 kms.
La parte sur de la Cuenca está limitada por la falla de Villablino. Fue esta falla la que se hundió, dibujando un hueco en el que se instaló una red fluvial rápidamente, que erosionó y pulió la cadena montañosa acumulando los depósitos que atesora la cuenca. La ubicación intramontañosa de la Cuenca hace suponer, con probabilidad, que las capas de carbón sucesivas se formaron en un medio de colmatación continental con una profusión de áreas pantanosas y turberas con una exhuberante y cuantiosa vegetación.
Desde una perspectiva de análisis estratigráfico se pueden distinguir claramente cinco niveles o áreas: la Paulina, la María-Bolsada, la Calderón-Villablino, la Lumajo y la Carrasconte.



CUENCA DE TORMALEO:

Esta Cuenca tan característica está situada al sur de la provincia y Principado de Asturias.
Los depósitos estefanienses de esta Cuenca se subsumen como pequeñas cuencas que diseñan una banda (Cangas del Narcea, Monasterio de Hermo y Rengos), que se conforman como jalones a lo largo del antiforme del Narcea, partiendo de Tineo (Asturias) y alcanzando hasta Vilablino, al sur.
Las zonas o especie de divisiones de la Cuenca de Tormaleo son las siguientes: los Villares, Peñafurada, Salguero y la Campa.

EL ESTEFANIENSE:
En la Cuenca de Villablino, el Estefaniense presenta unos materiales específicos, con una alternancia visible de areniscas, pizarras y capas de carbón. Todos estos materiales se recuestan de modo discordante sobre un substrato o soporte constituido en el Precámbrico del Antiforme del Narcea, en su parte central, a diferencia de sus extremos oriental y occidental que descansan sobre zonas paleográficas no coincidentes. Por eso, en tanto que en la banda oriental (zona Cantábrica) lo hace encima de materiales comprendidos en el Cámbrico inferior y en el Westfaliense, hacia el oeste (zona Asturoccidental leonesa) lo hace sobre materiales que abarcan una datación desde el Cámbrico inferior hasta el Ordovícico medio.
Los materiales del Cámbrico al Westfaliense se depositaron y reposaron en medio marino. Es después, en este último periodo, cuando acontecen las principales y más claras deformaciones causadas por la orogenia Hercínica, ocasionando un plegamiento de materiales correspondientes al Paleozoico inferior, en el caso de la Cuenca de Tormaleo, y del Cámbrico, en la de Villablino.
El citado mecanismo de depósito y acumulación, predominantemente continental, se observa y constata ante la abundancia de restos y fósiles continentales, la presencia de carbón con cierta continuidad y las estructuras de carácter sedimentario. En este enclave intramontañoso, sobre el que se instaló y originó un medio palustre que desarrolló un área adecuada para una tectónica activa, surgieron importantes sistemas consolidados de canales fluviales, llanuras de inundación anegadas con una enorme masa de vegetación y pantanos. La red fluvial y sus frecuentes desbordamientos en la planicie de inundación fueron provocando la sedimentación y acúmulo de materiales finos en la amplia meseta surcada por el agua y en los embalses o pantanos. Sería, propiamente, la falla de Villablino la que distribuiría y controlaría esta sedimentación, más intensa en diferentes fases del Estefaniense, transcurriendo un tiempo considerable hasta que ello diera lugar a los yacimientos carboníferos de esta parte definida asturoccidental-leonesa.

LA COMARCA DE LACIANA:

La Comarca de Laciana está espacialmente asentada en el extremo noroeste provincial leonés. Su característica geológica definitoria es estar atravesada en dirección noroeste-sureste por un extremo de una formación geológica, denominada el Antiforme del Narcea. El sistema integral carbonífero está comprendido en una faja o banda de 2 a 4 kms. de anchura, partiendo de la Cordillera Cantábrica, más en concreto entre la Collada de Cerredo y la Vega del Palo en el límite Oeste, hasta finalizar en la ribera izquierda del río de Quintanilla, a la vera de la Vega de la Mora en la frontera sureste, introduciéndose ya tímidamente en la vecina Comarca de Babia, quedando en el interior del sistema varios pueblos como los dos Caboalles, Orallo, Villager, San Miguel, Villablino, Sosas, Robles y Villaseca.
Estas tan específicas condiciones geológicas determinan en la Cuenca carbonífera de Villablino unas excelentes y cuantiosas reservas de mineral, cuya explotación comenzó hace más de un siglo proporcionando una inestimable aportación de riqueza que, en ningún momento, ha revertido y repercutido directamente sobre el área geográfica productiva que, a mayores, soporta y se ve perjudicada por el deterioro medioambiental anexo a los incrementos en la actividad extractiva minera.




EXPLICACIÓN DE LAS PROTESTAS ECOLÓGICAS DE COLECTIVOS:

Los males, en forma de problemas acumulativos, de la MSP ya proceden de antaño, en buena medida debidos a una nefasta gestión que obligó a buscar nuevas vías de financiación exterior y a materialmente “empeñarse”. Por este motivo, los ingresos debían acelerarse para soportar la dificultosa crisis económica. Se consideró, equivocadamente, que era el momento ideal para que proliferaran las explotaciones “a cielo abierto”. Como resumen ilustrativo, en 1986 se abre la primera explotación de esta clase en Leitariegos, en el término de Caboalles de Abajo. La excusa socorrida y repetida es que hay que “suministrar un balón de oxígeno económico” a la empresa, so pena de que no supere su estado agonizante.
Un segundo cielo abierto se concedió a la MSP en “La Mora” (Quintanilla), en territorio de la Comarca babiana. Estos dos primeros no llevaban previsión de ninguna medida correctora, ni plan de restauración, del modo y manera que hoy se calificaría de “salvaje, desproporcionado, agresivo y atentatorio al medio natural”.
A pesar de todos los esfuerzos, la quiebra tan temida fue inevitable y, en 1992, la Compañía se declaró “en quiebra”, para pasar a transitar por una larga, interminable, penosa y ejemplar negociación y reconversión. La propuesta de sacrificios para poder efectuar una gestión equilibrada de los activos- que se antojaba prácticamente imposible- hizo que los trabajadores, como parte más desprotegida, cargaran con casi todas las renuncias, en aras de mantener su actividad.
En 1995, envalentonada, la MSP reivindicó la apertura de un cielo abierto para dotarse nuevamente de un “balón de oxígeno”, dentro de la estrategia de la empresa de saneamiento de cuentas. “El Feixolín”, que era el nombre de la nueva explotación en Orallo-Villablino, se solicitaba para un lapso de cinco años de laboreo, mas todavía prosigue activa y, además, se ha solicitado y demandado una nueva ampliación en su localización.
Llegado el año 1997 se suceden las reclamaciones y peticiones de nuevos proyectos extractivos, Salguero Norte y Salguero Sur (ya abandonados y agotados) y Valdesegadas (Caarasconte-Piedrafita) que, concebido en tres fases, se está explotando con buen rendimiento en la actualidad. La polémica persigue al cielo abierto de Fonfría, entre Orallo y Caboalles de Abajo, que la empresa asegura haber solicitado y regularizado en 1997, cosa sin demostrar al no haber constancia de que se hayan cumplido todos los requisitos y prescripciones legales relativos a la exposición pública y trámite de alegaciones al proyecto. Esta instalación o explotación está en actividad normal en estos momentos.
En el 2001 se solicitó la concesión de dos nuevas autorizaciones: Ladrones, en Villaseca, aprobada en diciembre de 2003 y pendiente de decisión sobre licencia municipal, y Xaral (Caboalles de Abajo), cuyo proyecto no ha sido analizado tan siquiera ni resueltas las alegaciones presentadas en su contra.
El 12 de enero del año 2004, se publican en el BOCyL otras cuatro solicitudes más cuyos proyectos y estudios de declaración de impacto ambiental se han sometido a la necesaria información pública: Rodeviejas (una reiteración exacta de la antigua propuesta sobre “el Xaral”), Las Chabiadas (en Robles de Laciana), Felisa (que se extiende por Robles, Villaseca y Lumajo) y el aumento de superficie explotable en “El Feixolín” (Orallo-Villablino).

MARCELINO B. TABOADA
http://bierzonatura.blogspot.com/

NOTA: Las fotos han sido tomadas de, la Galería de Daniel Pérez Lanuza (un gran amante y conocedor del mundo ferroviario) y de la Organización conservacionista “Filón Verde” de Laciana.
Les mostramos nuestro más sincero agradecimiento.
http://www.youtube.com/watch?v=8tTZY2mOcCc